MERCADO DE TRANFERENCIAS ORIENTAL; PASO DE LA GLORIA A LA PROSPERIDAD ECONÓMICA
Macnelly Torres en Al-Shabbab: www.hechosencolombia.com.co
Dentro del mundo y la cultura del fútbol, siempre se ha visto como una oportunidad por parte de los jugadores profesionales y aquellos que están en proyecto de hacerlo, la transferencia a clubes de países y ligas extranjeras, como una ilusión de surgir y ser reconocidos dentro de este ámbito, aparte claro de la obvia motivación económica que siempre estará presente y que es uno de los estimulantes más fuertes para lograrlo. Esto es claramente demarcado más que todo en el hemisferio occidental, específicamente en Latinoamérica y parte de Europa y los continentes restantes.
Pero en los últimos 5 años tal vez más, apareció un tercer elemento en la ecuación, el cual domina por completo y con gran poderío el fútbol precisamente desde el ítem económico no solamente con la compra de jugadores, sino adueñándose en gran medida tanto de clubes como de ligas y empresas patrocinadoras de los campeonatos sobresalientes dentro del planeta fútbol. Este tercer factor es por supuesto la poderosa y demandante economía de Medio Oriente de aquellos países productores de petróleo como Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos entre otros. Además de las surgentes economías del continente asiático de países como China, Japón Y Corea del Sur en menor medida.
Es absolutamente increíble lo influyente que se han vuelto estos países dentro del fútbol, tanto así, que llegan a pagar cifras astronómicas dentro de los estándares normales manejados por las instituciones dentro de su estructura, facultad y solvencia monetaria. Muchos de los lideres de estos clubes que son patrocinados por empresas de aquellos países, realizan inversiones únicamente pensando en el bien comercial y la producción en efectivo que esto pueda generarles no solo desde la parte fiduciaria, sino de la mediática que está directamente relacionada con lo anterior generando un clima de competencia injusta dentro de este ítem para los otros clubes que no pueden cubrir la expedición de dinero para incorporar nuevos jugadores refuerzos, porque todo ese mercado está cerrado con uno de las bases fundamentales de la sociedad en el mundo, “El que tiene plata marranea” como se diría popularmente en nuestras tierras cafeteras.
Es claro que hay demasiados condicionantes extra deportivos, que hacen que un futbolista de elite tome decisiones tan complicadas y definitivas para su futuro, que muchas veces no dependen de sus necesidades exclusivamente sino de sus obligaciones de distintas índoles que no permiten que tenga una claridad mental en su percepción personal de una oportunidad como esta. Siempre se ve viciado por aquellas personas que buscan sacarle provecho significativo a cualquier chance que tenga el deportista, y a pesar de que su deseo como fue expresado anteriormente sea el de colaborar en pro del jugador, el negocio del fútbol, se ha convertido en una ventaja lucrativa únicamente en la cual participan las cabezas tanto visibles e invisibles de este emporio transferencial que afecta en gran medida al fútbol en su esencia de competición sana y equitativa, no solamente en lo deportivo sino también en aspectos como las transferencias que hacen parte del hermoso entorno que rodea el deporte mayormente masificado del mundo en la historia, económicamente hablando.
Concluyendo, es claro que el negocio del fútbol, cada vez va estar más marcado por el interés monetario, dando prioridad a las instituciones de distintos ámbitos que los componen no solamente los clubes, sino también las federaciones nacionales, entidades que prestan auspicio a los equipos y los diferentes torneos que se disputan alrededor del globo, además claro de las firmas de representantes de jugadores, que se roban el protagonismo con acciones como estas en las transferencias, olvidando la esencia del deporte como tal que son su exponentes en todo su esplendor y la fanaticada que así mismo los apoya, a pesar de todas las irregularidades que puedan presentarse desde las cabezas de estas entidades y que traten indirectamente de acabar con el alma del deporte rey desinflando a la “pecosa” pero inflando sus cuentas bancarias.
Por consiguiente, si no se genera un cambio de mentalidad y de fondo en los procesos que involucran a los deportistas y en general a todo el entorno futbolero se va a caer en una crisis que afecte al deporte más allá de lo que puedan soportar todas sus instituciones como tal, generándose un ambiente meramente mercantilista en pro de buscar favores políticos que beneficien aun más sus billeteras, dejando a un lado y a su suerte el deporte “Rey” por excelencia.
Sebastián Belalcázar Vargas.
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